Ascenso al Aconcagua: Una aventura anormal


6 amigos. 3 meses de preparación. 11 días de expedición. 6.962 metros de altura.

El Aconcagua es una montaña ubicada en la provincia de Mendoza, al oeste de Argentina, en la frontera con Chile. Con 6.962 metros, es el punto más alto de la Tierra fuera de los Himalayas (Asia) y, por tanto, la cima más elevada en América.

Me había propuesto subir el Aconcagua 3 veces antes. La primera vez, empezamos a entrenar pero en sólo unas semanas nos dimos cuenta que no estábamos completamente convencidos como para superar todo lo que implicaba. La segunda vez, a pesar de que entrenamos 2 meses muy comprometidos, tuvimos lesiones que nos obligaron a abortar el proyecto. Y la tercera vez sí fue en serio, y el equipo fue la clave de nuestra exitosa expedición.

¿Anormal? Definitivamente. Ninguno era montañista, ni sabíamos mucho sobre alta montaña. Simplemente éramos amigos con hambre de superar límites desconocidos.

El objetivo de este artículo es compartir parte de nuestra experiencia e inspirar a más personas a desafiar sus sueños. No entraré todos los detalles, pero si te interesa saber más, no dudes en escribirme.

Esto es lo que vivimos con Nico, Gamba, Lucho, Payo y Edu.


Día del ataque a cumbre a 6.700 msnm.

El comienzo

La idea nació en la playa, el día de año nuevo del 2017, haciendo camping con los pies en la arena. A 0 metros sobre el nivel del mar (msnm).

“Siempre he querido subir el Aconcagua”, “Yo también… Yo también… Yo también…”, ¿La dura?, ¿Vamos?, ya poh, vamos…

Este grupo era diferente y estaban hablando en serio.

El 23 de enero de 2017, Gamba creó el clásico grupo de WhatsApp que siempre hay que crear cuando se te ocurre una aventura o un proyecto, ¡por si resulta! Así como siempre es mejor anotar esa idea, o mandar ese mensaje, o llamar a ese amigo, o, por muy soñador que sea, empezar ese proyecto… ¡Por si resulta!

Y así fue. Nos empezamos a hacer la idea, nos juntamos a revisar en qué realmente consistía, algunos se pusieron muy estudiosos y otros simplemente iban, nada nos detenía.
Nos empezamos a juntar los domingos a conversar, los miércoles a subir cerros, salíamos a trotar en grupo y nos metimos al mismo gimnasio.

Cada domingo subíamos un cerro distinto, cada domingo aprendíamos 100 cosas nuevas y fundamentales y cada domingo volvíamos más motivados que el anterior.

En perspectiva, ya íbamos camino a la cumbre.


Entrenamiento y Preparación

El proyecto tomaba forma y seriedad.

Organizamos cada detalle: el calendario semanal, el equipamiento por persona, cordada y común, las salidas a cerro oficiales, las capacitaciones técnicas, los entrenamientos en hielo, el análisis de las rutas posibles, entre otros.

Conseguimos conversar con personas que lo habían subido y estudiamos todo tipo de material relacionado. Libros, documentales, artículos, todo lo que encontrábamos.

Nos sugirieron dividir la cordada en 3 parejas y elegir un capitán que tuviese la última palabra. Fue clave para independizarnos de algunas decisiones, y mantener el orden y la seguridad en el equipo.

Armamos una tabla del compromiso de cada uno para entrenar y prepararnos. Íbamos con todo.


Parte de los compromisos como cordada.

A pesar de la intensidad y exigencia que conllevaba la preparación, gran parte de lo que vivíamos era nuevo para todos y disfrutamos mucho el proceso.

Un factor importante de nuestra expedición anormal, era que queríamos ir sin guía. Sin duda, un experto en alta montaña en el equipo, nos habría permitido aumentar las chances de lograr la cumbre y descansar en muchas decisiones, pero nos sentíamos capaces y no queríamos pagarle a alguien que nos acompañara.

Sin embargo, fuimos muy aplicados y contratamos a un equipo de entrenadores para que nos capacitaran e introdujeran en la disciplina de la alta montaña.

Prepararon 4 talleres presenciales (de 3 horas cada uno) para estudiar el equipamiento, la fisiología de altura, la alimentación en altura y el entrenamiento para los meses previos.

En paralelo, hicimos 3 salidas prácticas a la montaña, con ejercicios de orientación (cartografía y GPS), técnicas de conducción en alta montaña y nos aseguramos de hacerles las 1.000 y más preguntas que se nos iban ocurriendo.

Conseguimos un par de auspicios para abaratar costos, a cambio de difundir la expedición en nuestras redes. The North Face nos ayudó a equiparnos con lo mejor del mercado, PF nos regaló snacks e insumos, y Kross se puso con unas cajas de cerveza para celebrar o pasar las penas a la vuelta.


Las pruebas finales

La primera prueba era alojar haciendo vivac (en saco a la interperie) en la cumbre del Cerro Leonera, a 4.954 msnm. Parecía una locura, pero nos sentíamos preparados. La altura era similar al campamento Nº2 de la expedición, pero con menos aclimatación.

Hicimos cumbre todos, check.

Cocinamos y conversamos con una vista increíble hacia el valle de Santiago y la cordillera, esperando que oscureciera.

Ahora lograr dormir y pasar la noche era el gran desafío. Varios vomitaron y otros pasaron de largo por el malestar de la puna. El que mejor anduvo debe haber dormido solo 2 o 3 horas.

La altura no lo hacía fácil, pero lo logramos. El regreso fue con sabor a victoria y volvimos mega motivados.

El último fin de semana previo, fuimos al Cerro el Plomo (5.424 msnm), sabiendo que habría mal clima y que las condiciones eran desfavorables. Pero era necesario para nuestro entrenamiento. Llevamos casi todo el equipamiento, para simular la expedición. El viento soplaba fuerte, nevó un buen rato y hacía frío de verdad.

A pesar de las adversidades, logramos hacer cumbre y volver sin problemas.

Tras haber completado cada etapa del entrenamiento y haber sido consistentes con nuestro plan, el sólo hecho de ir recordando lo bien preparado que íbamos, nos daba una seguridad imparable. Cada desafío superado era un testimonio de nuestra fuerza y determinación.

Estábamos listos para partir.


Haciendo la maleta para mis vacaciones.

La expedición

(Al final hay un vídeo muy completo. Acá va un resumen)

Fueron 12 días en total y el itinerario por la ruta típica es casi estándar, pero la duración depende del clima y de la capacidad del equipo.

Día 1: Salimos desde Santiago, estacionamos en Penitentes, hicimos el registro y empezamos a caminar hasta llegar al campamento 0 en Confluencia, a 3.400 msnm. Nos adentramos en el valle y, a pesar de que unas nubes tapaban el Aconcagua, se sentía su imponencia rodeado de increíbles paisajes. Desde el principio nos sentimos muy agradecidos por la oportunidad de haber llegado hasta ahí.

Día 2: Continuamos acercándonos a la montaña, caminando hacia el campamento base, Plaza Mulas, a 4.300 msnm. No lo sabíamos, pero sería nuestro hogar por varios días. Esa tarde llegamos a descansar, repasamos el plan y nos preparamos para los desafíos que vendrían.

Día 3: Día de descanso para aclimatar y conocer el lugar y su gente. Habían decenas de expediciones en el lugar, cada una con distintos objetivos y planes. Muchos montañistas de distintos lugares del mundo de quienes aprender y compartir esta pasión por el montañismo.

Día 4: Porteo de equipamiento al campamento 2, Nido de cóndores (5.380 msnm). El terreno se puso más exigente y la altura ya se empezaba a notar. Montamos una carpa sobre la nieve y dejamos en ella los equipos e insumos que usaríamos días después en nuestro ataque a la cumbre. Por la tarde volvimos al campamento base a descansar.

Día 5: Día de descanso en Plaza de Mulas, esperando nuestra ventana de buen clima para volver a ascender. Aprovechamos de explorar los alrededores y organizarnos para los días posteriores. El día pasaba lento por la ansiedad (grupal) de estar esperando la luz verde para intentar pararnos sobre el Aconcagua.

Día 6: Mal clima, otro día de “descanso”. Teníamos tiempo y estabamos con buena energía, así que subimos a la cumbre del Cerro Boquete (5.100 msnm) que estaba cerca de Plaza de Mulas. Desde su cumbre pudimos contemplar el Aconcagua en su máximo esplendor, identificamos las rutas y hasta le pedimos permiso para subirlo.

Día 7: Recibimos noticias alentadores sobre el clima, esta era nuestra ventana. Repasamos el plan y tomamos nuestras mochilas con todo lo necesario para el intento de cumbre. Nos íbamos por unos días a alojar a Nido de Cóndores, lo que sería similar a dormir en la cumbre del Cerro El Plomo. De ahí en adelante la fatiga y el cansacio sería permanente, y aumentaría con cada metro de ascenso.

Día 8: Amanecimos con una vista soñada. Dormir a esta altura no es fácil, de hecho, todo lo contrario. El sueño se convierte en un bien muy preciado y necesario para soportar las duras condiciones de la montaña. La falta de oxígeno impide que nuestros cuerpos descansen completamente, y aún así, nos sentíamos fuertes y preparados. Como parte del plan, subimos al Campamento Berlín a 5.900 msnm y fue un hito crucial para aclimatarnos en alturas que nunca habíamos experimentado. La montaña nos ponía a prueba, pero también nos premiaba por nuestro esfuerzo y determinación.

Día 9: Llega el día tan esperado, el ataque a cumbre. Esta hazaña tiene una serie de desafíos técnicos porque casi no da espacio para error, sino te vas para abajo tú y toda tu cordada. Alarma a las 4:00, calentamos agua y preparamos desayuno para cargarnos de energía. Verificamos que estuvieran todos listos y upa chalupa, emprendimos rumbo por la nieve, con total oscuridad a cumplir nuestro sueño juntos. Es lejos de las cosas más duras que he vivido: frío, sueño y fatiga mental, como nunca los había sentido. A las 6:15 llegaron los primeros rayos de sol, que algo subían la temperatura, pero nunca suficiente. Para no congelarnos teníamos que mover conscientemente todos los dedos con cada paso que dábamos. Finalmente, a las 13:05, logramos alcanzar la cumbre del Aconcagua y sus 6.962 msnm. La emoción y la alegría irradiaba en nosotros, mientras celebramos sin poderlo creer, estábamos en el techo de América y todo se veía tan pequeño alrededor. Nos tomamos el tiempo para apreciar la belleza del paisaje desde la cima y nos sentimos orgullosos de nuestro arduo trabajo y dedicación.

Cumbreeee

Día 10: Día de descanso y celebración en Plaza de Mulas. Teníamos nuestro kit de celebración, ¡por si resulta! Fue un día de agradecimiento profundo a la montaña por brindarnos una experiencia inolvidable. Fue un día de festejo y reflexión sobre el significado de este logro en cada uno y nos sentimos muy contentos por la oportunidad de haberlo vivido juntos, entre amigos.

Día 11: Último día pero no menor. Una muy larga vuelta a casa, agotados, y además se nos ocurrió limpiar el cerro por todo lo que nos había entregado. Volvimos con 3 bolsas de basura completamente llenas, recogiendo lo que íbamos encontrando. En medio de la alegría y la camaradería, nos despedimos de la montaña y nos llevamos con nosotros recuerdos imborrables de esta aventura extraordinaria.

La verdadera cumbre. Sanos y salvo nos vamos a casa.
Nuestra verdadera cumbre

Esta foto representa la verdadera cumbre de nuestra expedición: los 6 sanos y salvo nos vamos a casa a ver a nuestras familias, a descansar y a seguir persiguiendo nuestros sueños.


Mis mayores aprendizajes

Nos trajimos una tonelada de nuevos conocimientos. Cada caminata fueron horas de profunda meditación. Cada decisión enfrentó intensas dicotomías de opciones casi opuestas. Cada minuto fuera de casa fue parte de todo el sacrificio. Podría enumerar decenas de sentimientos y superaciones que vivimos en tan pocos días.

Fue tanto una aventura como una terapia.

A continuación comparto algunos aprendizajes valiosos que me traje de vuelta:

  • Elige tu cordada: Vayas donde vayas, asegúrate de ir con personas que disfrutes compartir y confíes plenamente. No es necesario que sean experimentados, pero sí deben ser lo suficientemente capaces para entender el desafío y tomar decisiones en situaciones complejas. La comunicación efectiva con tu equipo, desde el entrenamiento hasta el regreso, es esencial para el éxito de la expedición.
  • Prepárate físicamente: No necesitas ser un atleta, pero sí es crucial estar preparado para el esfuerzo físico que implica exponerse a estas condiciones. Entrena en equipo, para conocer y trabajar en base a sus capacidades y limitaciones.
  • Estudia y planifica: Infórmate bien sobre las opciones que existen, las rutas, las condiciones climáticas, y el equipo necesario. Planea tu itinerario cuidadosamente, incluyendo días de descanso y aclimatación. Habla con personas que hayan ido antes e identificar los mayores riesgos y dificultades.
  • Aclimatación: Realiza ascensos a altitudes progresivamente mayores antes de tu intento al Aconcagua o cualquier cerro de altura. Esto te ayudará a entender cómo tu cuerpo reacciona a la altitud.
  • Equípate correctamente: Lleva equipo de alta montaña de buena calidad, que incluya ropa adecuada para condiciones extremas, equipo técnico para nieve y hielo, una carpa resistente, un saco de dormir apto para temperaturas bajo cero, y un completo botiquín de primeros auxilios. Nunca subestimes la importancia de un buen equipo.
  • Nutrición e hidratación: Aprende sobre tu fisiología y lleva contigo la comida y agua adecuada. La comida debe ser de alto valor calórico y fácil de preparar. La hidratación es especialmente importante en altitudes elevadas.
  • Comunicación al exterior: Lleva un dispositivo de comunicación de emergencia. Es importante tener la capacidad de avisar y pedir ayuda en caso de que algo salga mal.
  • Conocimientos para emergencias: Asegúrate de que al menos uno de los miembros del equipo tenga formación en primeros auxilios y que todos entiendan los síntomas del mal de altura. Nosotros llevamos un kit de primeros auxilios por cordada y cada uno un kit de emergencia personal.
  • Respeto al medio ambiente: No dejes rastro. Allá será obligación volver con el 100% de la basura y residuos que generes. Desarrolla este hábito en todas tus salidas.
  • Estar preparado para retroceder: La seguridad siempre debe ser la prioridad. Recuerda que, aunque estés preparado para el desafío, cuando las condiciones sean peligrosas o si alguien del equipo se siente mal, deben estar dispuestos a aplazar o abandonar el ascenso.

Cuando ya hayas hecho el entrenamiento y tengas tu plan, sólo recuerda que estás correctamente preparado y que nada te frene. Si pudiste llegar ahí, puedes llegar más allá.


Registros de nuestra expedición

Revive nuestra aventura viendo estos videos que grabamos con mucho esfuerzo y cariño para compartir nuestra experiencia. Capturan los momentos más impactantes de nuestra expedición y te darán una mejor idea de lo que significa subir el Aconcagua.


Recorrido y ascenso


Documental completo (link a YouTube)


Fotos

Puedes ver aquí fotos adicionales de la expedición.


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